domingo, agosto 28, 2011

LOS RETOS QUE IMPLICAN EL TRABAJO DOCENTE EN LA ESCUELA TELESECUNDARIA

La docencia es una de las profesiones más complejas que existen, es por ello, que las exigencias que se generan diariamente en un aula obligan al maestro a actualizarse y a tomar decisiones adecuadas las cuales deben mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje, además de la convivencia y las interacciones de todos los actores de la escuela telesecundaria.

Los retos que implican el trabajo docente no sólo se presentan dentro del salón de clases y con los alumnos que están a nuestro cargo, sino con todos los jóvenes que conviven día a día en nuestra sociedad y con los cuales podemos hacer de este país algo distinto.

Los retos a los que se enfrenta un docente son diversos y estos se determinan según el contexto y las condiciones de vida de cada grupo de alumnos. De acuerdo a la poca pero significativa experiencia que he logrado dentro de la LESET, puedo detectar cuáles han sido los principales retos a los que me he enfrentado y que afortunadamente han ido descubriendo mi vocación, que en este sentido, estoy convencida que es la docencia. Uno de ellos es la forma en que transmito los conocimientos a los alumnos, puesto que no siempre elijo los métodos adecuados para hacerlo, es decir, para mí es un muy complejo planear y decidir de manera congruente cómo enseñar a determinado grupo de alumnos; sin embargo, con el paso del tiempo y de las oportunidades para practicar en las escuelas telesecundarias he mejorado e intentado volver de ese reto un logro. Sin embargo es una falacia decir que comprendo totalmente como es este proceso, puesto que una persona no puede determinar cómo funcionará un grupo con ciertas actividades, puesto que diariamente los alumnos están sujetos a cambios y conductas repentinas que en ocasiones, ellos también no comprenden. Lo que hace reflexionar al maestro, ya que cada adolescente es diferente, con capacidades y necesidades que lo hacen único ante sus pares. En este sentido, es donde el reto antes mencionado se vuelve complejo y en ocasiones imposible superar, pero para el maestro es una oportunidad para aplicar sus conocimientos y habilidades para percibir y actuar de acuerdo al entorno donde se encuentre.

Otro de los retos que un docente enfrenta es la forma en que despierta en los alumnos la curiosidad por aprender los contenidos que estipulan los planes y programas y la motivación que se necesita para que con el transcurso del tiempo sigan interesados en el mismo. Este es un reto importante y difícil que lamentablemente muy pocas veces es superado y observado en los alumnos de la telesecundaria, lo que puede ser consecuencia del poco entusiasmo de los maestros ya que no intentan despertar el interés y motivación por aprender.

También, dentro del aula, durante la clase, se vuelve un reto lograr y mantener la participación activa de todos los alumnos de telesecundaria, pues en ellos existe mucha inseguridad, desconfianza, intolerancia, y principalmente escasa interacción grupal, lo que de igual forma puede ser generado porque el docente no logra crear un ambiente de trabajo agradable el cual pueda desaparecer los aspectos negativos antes mencionados. Durante las clases, no sólo importa la forma de trabajo del maestro, sino las distintas personalidades de los adolescentes, las cuales son impredecibles y espontáneas, es por ello que entenderlos y tomar en cuenta sus intereses y necesidades al planear e impartir la clase se vuelve un reto cada vez más difícil. Sin embargo gracias a las jornadas de práctica he comprendido que aunque sea un reto difícil, existen muchas alternativas, estrategias y métodos que pueden utilizarse para mejorar la confianza de los alumnos y desarrollar sus habilidades orales y escritas a su máximo potencial.

En la primera jornada de práctica los desafíos se veían inalcanzables para mí y tenía temor por lo que pudiera pasar frente a los alumnos, puesto que era mi primer acercamiento y no contaba con la experiencia necesaria, sin embargo, con el transcurso de los días y de la confianza que me daban los maestros y los alumnos, adquirí ese sentido de pertenencia con el que promoví la confianza y la seguridad tanto de los estudiantes como en mi persona.

Lo más importante que debe tomar en cuenta el docente es la confianza en sí mismo, en sus habilidades y sus conocimientos, puesto que esto es el andamiaje que le permite convivir e impartir sus clases de manera significativa, lo que hace de los retos, situaciones alcanzables, pero principalmente los que nos conducen al éxito y a la satisfacción.


BIBLIOGRAFÍA


“La aventura de ser maestro”, en Cuadernos de Pedagogía, núm. 266, febrero, España, pp. 46-50. Zabala Vidiella, Antoni (2000), Primera conclusión del conocimiento de los procesos de aprendizaje: la atención a la diversidad” y “La organización social de la clase en La práctica educativa. Como enseñar, 7. Edición, Barcelona, Gra, pp. 31-35 y 115-134.


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