A través de la historia la educación ha sufrido cambios con el propósito de responder a las demandas de la sociedad, estas modificaciones afectan directamente a quienes se encargan de organizar, impartir y recibir la educación. En este caso nos centraremos en las personas que se encargan de impartir la educación es decir los maestros, pareciera que ser maestro no es una labor complicada, concepción que se ha logrado mantener con el paso del tiempo, pero lo que no sabemos es que conforme los años avanzan se ha vuelto una necesidad que los docentes estén mejor preparados cada día, dicha preparación implica un reto para aquellos que se están preparando para ser docentes y quienes se encuentran en servicio. Sin embargo una buena preparación académica no es garantía de un buen desempeño frente a grupo, también es necesario que el maestro este consciente de que cada grupo al que se enfrenta tiene características diferentes.
La secundaria es el último tramo de la educación básica en nuestro país, a esta asisten alumnos que se encuentran en una de las etapas de la vida, considerada para muchos como la más difícil y es durante esta etapa que se decide el futuro de una persona, en particular la modalidad de Telesecundaria brinda muchas bondades a los maestros que trabajan en ella, puesto que permanecen con su grupo durante toda la jornada escolar, brindándoles la oportunidad de conocer más a fondo a su grupo, disponen del tiempo suficiente para identificar las características del grupo y atender la diversidad que existe en él y podríamos seguir enumerando algunas sin embargo, estas bondades de las que hablo pueden representar también un reto para los docentes, la forma en cómo cada profesor enfrenta estos retos dependerá en gran medida del compromiso profesional con el que decida atenderlos, aunada esto un papel muy importante es el desarrollo de habilidades las cuales se van desarrollando con el paso del tiempo un ejemplo es dar bien una cátedra esto para lograr que los contenidos sean comprendidos correctamente por los educandos.
La adolescencia una etapa de la vida
Como seres humanos a lo largo de nuestra vida vivimos diferentes etapas, como lo menciona Judith L. Meece en Teorias del desarrollo cognocitivo de piaget, pasamos cuatro etapas (1. Sensoriomotora, 2. Preoperacional, 3. Operaciones concretas y 4 operaciones formales) para comprender nuestro mundo y es en la etapa de las operaciones formales donde se debería ubicar a los adolescentes pero según Vigotsky, el ubicarse en cierta edad no garantiza que se encuentren en dicho momento, es por eso que, educar a los adolescentes implica un reto mucho mayor para los docentes, se encuentran tratando con jóvenes que están viviendo una etapa de constantes cambios, tanto físicos como psicológicos y es muy importante que al momento de realizar la planeación de las actividades esto se tome en cuenta, lograr conjugar los contenidos con los intereses de los jóvenes y que además contribuyan a su desarrollo emocional es indispensable para lograr una educación completa. Una clase para un adolescente puede resultar atractiva si se toman en cuenta sus opiniones, si las actividades son dinámicas e innovadoras pero sobre todo si logramos que con dichas acciones se destaquen sus fortalezas. De igual forma durante esta parte del ciclo de vida los jóvenes son muy sensibles con respecto a su autoestima, hacerles sentir que los comprenden y que son parte importante del grupo generara un buen ambiente para el aprendizaje.
Vivimos en un mundo cambiante
Al mismo tiempo los docentes no se deben quedar únicamente con los conocimientos apropiados durante su formación o con los adquiridos durante su trabajo frente a grupo, si no que deben buscar estar recorrer el camino a la par de los constantes cambios sociales, introducir los avances tecnológicos en la educación puede ayudar a que los alumnos se interesen más por la clase y les resulte mucho más atractiva y si a esto le sumamos nuevas formas de aprender los conocimientos necesarios para desempeñarse en nuestra sociedad. Los docentes necesitan tener las herramientas necesarias para responder a las reacciones que presentan los alumnos y a esto nos referimos a todos aquellos problemas que se presentan dentro del aula.
Atención a la diversidad
Los grupos a los que se enfrentan los educadores día a día pareciera que están formados por alumnos con las mismas características, la realidad es que ningún alumno presenta las mismas actitudes y las mismas habilidades, Zavala Vidiela (2000) menciona que los aprendizajes dependen de cada una de las características singulares del alumno, si por algún motivo deseamos que los alumnos realicen una actividad sus conocimientos previos entraran en juego y cada alumno las realizara de acuerdo a lo establecido pero sus productos serán completamente distintos. Los alumnos que encontramos podrán pertenecer a la misma población, a la misma colonia o incluso a la misma familia sin embargo las necesidades educativas de cada uno de ellos serán diferentes porque sus habilidades y destrezas son distintas.
Conclusión
Los restos a los que se enfrentan los docentes son muchos sin embargo el poder responderá a cada uno de ellos dependerá en gran medida del compromiso que cada educador tenga hacia su profesión, sabemos que nuestra labor no es fácil pues trabajamos con material humano y es necesario entender lo difícil que puede resultar atender las nuevas generaciones de alumnos. El trabajo constante, la actualización y una conciencia de responsabilidad ayudaran en gran medida a garantizar un aprendizaje que sea útil para el alumno, lograran un buen desempeño escolar y un buen desarrollo emocional. Los maestros necesitamos ser los guías de los adolescentes que se encuentran en nuestras manos, mostrarnos comprensivos ante sus problemas, ellos necesitan que conozcamos sus intereses y que nos mostremos como alguien en quien pueden confiar, debemos abandonar la figura autoritaria y superior de los maestros de años pasados.
Bibliografía
Meece, Judith (2000), “Desarrollo cognoscitivo: las teorías de Piaget y de Vygotsky” y “Desarrollo cognoscitivo: las teorías del procesamiento de la información y las teorías de la inteligencia”, en Desarrollo del niño y del adolescente. Compendio para educadores, México, McGraw-Hill Interamericana/SEP (Biblioteca para la actualización del maestro), pp. 99-143 y 145-198.
Zabala Vidiella, Antoni (2000), “Primera conclusión del conocimiento de los procesos de aprendizaje: la atención a la diversidad” y “La organización social de la clase” en La práctica educativa. Cómo enseñar, 7ª. Edición, Barcelona, Graó, pp. 31- 35 y 115-134.
La secundaria es el último tramo de la educación básica en nuestro país, a esta asisten alumnos que se encuentran en una de las etapas de la vida, considerada para muchos como la más difícil y es durante esta etapa que se decide el futuro de una persona, en particular la modalidad de Telesecundaria brinda muchas bondades a los maestros que trabajan en ella, puesto que permanecen con su grupo durante toda la jornada escolar, brindándoles la oportunidad de conocer más a fondo a su grupo, disponen del tiempo suficiente para identificar las características del grupo y atender la diversidad que existe en él y podríamos seguir enumerando algunas sin embargo, estas bondades de las que hablo pueden representar también un reto para los docentes, la forma en cómo cada profesor enfrenta estos retos dependerá en gran medida del compromiso profesional con el que decida atenderlos, aunada esto un papel muy importante es el desarrollo de habilidades las cuales se van desarrollando con el paso del tiempo un ejemplo es dar bien una cátedra esto para lograr que los contenidos sean comprendidos correctamente por los educandos.
La adolescencia una etapa de la vida
Como seres humanos a lo largo de nuestra vida vivimos diferentes etapas, como lo menciona Judith L. Meece en Teorias del desarrollo cognocitivo de piaget, pasamos cuatro etapas (1. Sensoriomotora, 2. Preoperacional, 3. Operaciones concretas y 4 operaciones formales) para comprender nuestro mundo y es en la etapa de las operaciones formales donde se debería ubicar a los adolescentes pero según Vigotsky, el ubicarse en cierta edad no garantiza que se encuentren en dicho momento, es por eso que, educar a los adolescentes implica un reto mucho mayor para los docentes, se encuentran tratando con jóvenes que están viviendo una etapa de constantes cambios, tanto físicos como psicológicos y es muy importante que al momento de realizar la planeación de las actividades esto se tome en cuenta, lograr conjugar los contenidos con los intereses de los jóvenes y que además contribuyan a su desarrollo emocional es indispensable para lograr una educación completa. Una clase para un adolescente puede resultar atractiva si se toman en cuenta sus opiniones, si las actividades son dinámicas e innovadoras pero sobre todo si logramos que con dichas acciones se destaquen sus fortalezas. De igual forma durante esta parte del ciclo de vida los jóvenes son muy sensibles con respecto a su autoestima, hacerles sentir que los comprenden y que son parte importante del grupo generara un buen ambiente para el aprendizaje.
Vivimos en un mundo cambiante
Al mismo tiempo los docentes no se deben quedar únicamente con los conocimientos apropiados durante su formación o con los adquiridos durante su trabajo frente a grupo, si no que deben buscar estar recorrer el camino a la par de los constantes cambios sociales, introducir los avances tecnológicos en la educación puede ayudar a que los alumnos se interesen más por la clase y les resulte mucho más atractiva y si a esto le sumamos nuevas formas de aprender los conocimientos necesarios para desempeñarse en nuestra sociedad. Los docentes necesitan tener las herramientas necesarias para responder a las reacciones que presentan los alumnos y a esto nos referimos a todos aquellos problemas que se presentan dentro del aula.
Atención a la diversidad
Los grupos a los que se enfrentan los educadores día a día pareciera que están formados por alumnos con las mismas características, la realidad es que ningún alumno presenta las mismas actitudes y las mismas habilidades, Zavala Vidiela (2000) menciona que los aprendizajes dependen de cada una de las características singulares del alumno, si por algún motivo deseamos que los alumnos realicen una actividad sus conocimientos previos entraran en juego y cada alumno las realizara de acuerdo a lo establecido pero sus productos serán completamente distintos. Los alumnos que encontramos podrán pertenecer a la misma población, a la misma colonia o incluso a la misma familia sin embargo las necesidades educativas de cada uno de ellos serán diferentes porque sus habilidades y destrezas son distintas.
Conclusión
Los restos a los que se enfrentan los docentes son muchos sin embargo el poder responderá a cada uno de ellos dependerá en gran medida del compromiso que cada educador tenga hacia su profesión, sabemos que nuestra labor no es fácil pues trabajamos con material humano y es necesario entender lo difícil que puede resultar atender las nuevas generaciones de alumnos. El trabajo constante, la actualización y una conciencia de responsabilidad ayudaran en gran medida a garantizar un aprendizaje que sea útil para el alumno, lograran un buen desempeño escolar y un buen desarrollo emocional. Los maestros necesitamos ser los guías de los adolescentes que se encuentran en nuestras manos, mostrarnos comprensivos ante sus problemas, ellos necesitan que conozcamos sus intereses y que nos mostremos como alguien en quien pueden confiar, debemos abandonar la figura autoritaria y superior de los maestros de años pasados.
Bibliografía
Meece, Judith (2000), “Desarrollo cognoscitivo: las teorías de Piaget y de Vygotsky” y “Desarrollo cognoscitivo: las teorías del procesamiento de la información y las teorías de la inteligencia”, en Desarrollo del niño y del adolescente. Compendio para educadores, México, McGraw-Hill Interamericana/SEP (Biblioteca para la actualización del maestro), pp. 99-143 y 145-198.
Zabala Vidiella, Antoni (2000), “Primera conclusión del conocimiento de los procesos de aprendizaje: la atención a la diversidad” y “La organización social de la clase” en La práctica educativa. Cómo enseñar, 7ª. Edición, Barcelona, Graó, pp. 31- 35 y 115-134.
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